Hay movimiento en el mercado y hay también muchos planes de futuro. ¡Qué bien, futuro! Todos tenemos ganas de dar o de leer noticias así, muchas ganas, tantas ganas que he huido de la precipitación y he querido esperar a que la información se consolidase.
Las cifras las ponen diferentes indicadores, pero por encima de todos ellos sitúo nuestro propio seguimiento diario de la actividad basado en el número de impresiones producidas y en los consumos de tinta o de tóner: tras unos primeros meses de parón casi absoluto y una recuperación que arrancó muy débil y entre titubeos, ahora ya podemos hablar de varios meses de crecimiento sostenido, estable y firme. Tanto es así, que llegamos al aniversario del primer confinamiento con indicadores de actividad muy cercanos a los que teníamos antes de la pandemia.
También las ventas de equipos están reaccionando. Tras la caída más severa y súbita que hayamos vivido nunca en Ricoh, es reconfortante ver cómo en apenas unos meses el sector ha encontrado vitalidad para reactivar muchas de esas inversiones detenidas. Con gran prudencia y a menudo buscando equipos de menor nivel de inversión, muchos impresores españoles están haciendo una apuesta clara por asegurar su respuesta frente a esa recuperación de los volúmenes. Hay valentía; hay confianza.
Lo vemos en la cantidad de Pro C5300x que estamos instalando, un equipo de última generación que parecía especialmente diseñado para tiempos de recuperación postpandemia: mínima inversión, máxima calidad de impresión y una gran versatilidad que, en estos momentos, es la característica más solicitada.
Lógicamente, todo lo anterior se refiere a impresión digital, pero las dinámicas positivas son casi tan contagiosas como las negativas y las corrientes positivas se notan en todos los ámbitos.
Camino del futuro
Si en las primeras semanas y meses de la pandemia dominaban el temor y el único foco posible eran las medidas defensivas, ahora las conversaciones han cambiado. Los clientes nos hablan de reforzarse; otros, de transformarse; algunos, de diversificar su oferta. Da igual: están buscando sus estrategias y lo hacen más allá de la guerra de precios, de formatos o de capacidad productiva. Lo hacen pensando en un futuro diferente con oportunidades también diferentes.
Y la prueba la hemos tenido en la reacción al anuncio de nuestra futura prensa inkjet B2, la Ricoh ProZ75. Apenas se dio a conocer la existencia de un prototipo funcional, empezaron a llegar las consultas sobre su lanzamiento, sus características o el programa de betatesters. Más allá de la satisfacción comercial y del orgullo de marca, que no son poco, me tomo cada una de esas consultas como un síntoma de la fuerza que está cobrando esa corriente transformadora.
En el peor momento y con todavía muchas incertidumbres por delante, la industria gráfica nos está diciendo que quiere seguir reinventándose y apostando por un futuro ilusionante. Estamos a las puertas de un gra n salto en la transformación digital de nuestro sector y, lejos de generar miedo con este anuncio, hemos provocado entusiasmo. Ése es otro síntoma excelente: hay muchas lecciones aprendidas de otras crisis recientes.
Prometemos estar a la altura y, como reza nuestro compromiso de marca, seguiremos acompañando al sector en esa transformación digital que ha de hacerlo sostenible y aportador de más y de nuevo valor.
Un anuncio esperanzador
El anuncio a finales de año de la Ricoh Pro Z75 ha generado una fuerte expectativa por la gran capacidad transformadora que se atribuye a este equipo.
Todavía es un prototipo y tardará unos meses en anunciarse la fecha final del lanzamiento, pero la llegada de una prensa 50x70 de inyección de tinta que promete calidad igual o superior al offset con una productividad muy elevada, se adivina como un impulso claro a la migración de volúmenes de impresión desde las tecnologías analógicas hacia las digitales. Justo lo que reclama el mercado postpandemia.
La Pro Z75 se beneficia de muchos de los avances aún exclusivos de la rotativa Pro VC70000, capaz de imprimir a pleno rendimiento y calidad sobre papeles estucados estándar, gracias a una combinación de tecnologías entre las que destacan los cabezales Ricoh, una tinta de alta densidad y adherencia y un sistema de secado único.
En los meses sucesivos se irán desvelando las diferentes características diferenciales que convertirán a la Pro Z75 en un hito de la transformación digital de la industria gráfica.
Andreu López (Ricoh)
www.ricoh.es