Con una sólida formación universitaria americana y una gran experiencia adquirida gracias a los muchos y variados proyectos que ha podido materializar en diferentes países del mundo, Héctor Ruiz Velázquez ha desarrollado un estilo propio, fresco e innovador, en el que la arquitectura no solo sirve para proyectar, diseñar y construir un espacio, sino que también es el arte de crear emociones. Desde su oficina en Madrid, su estudio ha proyectado viviendas residenciales, edificios públicos, establecimientos comerciales, stands corporativos... fusionando como nadie las disciplinas de la arquitectura, el diseño, la comunicación y el branding.
Háblanos de tu trayectoria. ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la arquitectura?
Mi formación, mi carrera y mi vida es la arquitectura. Recién licenciado y después de acabar diferentes masters en varias Universidades americanas, mi profesor Kenneth Frampton, decano de la facultad de arquitectura de la Columbia University en Nueva York, insistió en que comenzara mi formación en España. Gracias a sus recomendaciones colaboré con algunos estudios de mucho prestigio nacionales como los de Rafael Moneo y Alberto Campo Baeza, y con el tiempo creé mi propio estudio de diseño y arquitectura, con el que actualmente trabajo en diferentes países del mundo. Pero vivo aquí en España, aquí está mi familia.
¿Cuál es el perfil de vuestro cliente? ¿Qué tipo de proyecto suele necesitar?
Ha ido cambiando con el tiempo, pero sigo realizando proyectos de arquitectura residencial en cualquier parte del mundo con las diferencias que eso implica. También trabajamos mucho en la arquitectura comercial y para las marcas. Los clientes de ambos sectores son totalmente distintos, pero siempre son personas, y esto es lo importante; el componente humanístico de nuestro estudio tiene una base significativa en nuestra obra.
El bar-restaurante Glenfiddich fue proyectado por el estudio de Héctor Ruiz Velázquez con formas orgánicas abiertas y libres
en el que se utilizó la impresión digital en revestimientos de diferentes superficies y elementos decorativos.
A lo largo de tu trayectoria, habrás realizado proyectos de los que te puedes sentir especialmente orgulloso. ¿Podrías destacar alguno?
Muchos. Yo vivo con pasión mis proyectos, con emociones, y muchos se prolongan en el tiempo, lo que hace que ocupen una gran parte de mi vida. Los que nunca olvidaré son los que están dentro del marco de proyectos realizados para Casa Decor. Todos los proyectos experimentales que hemos realizado bajo este paraguas con grandes clientes como Ford, Whirlpool, Alvic, Glenfiddich, Ascer Cerámica House, ICEX, Cadillac, etc. han sido experiencias muy enriquecedoras y libres.
Me gustaría destacar especialmente la casa de mi familia. El ático Ruiz-Maasburg fue un reto enorme donde confluyen todo tipo de emociones, mi carrera, mi amor a la familia... Es seguramente el que une muchos de los criterios que hacen que sea una obra imperecedera para mí. Además, es uno de mis proyectos más publicados.
Pero también no podría dejar de destacar la última participación en Casa Decor para Alvic en el Bluemoon Launge Bar: Ha sido una intervención artística espectacular, no solo por su visibilidad sino por el proceso, donde he podido disfrutar realmente de los fundamentos del arte en general.
“Alvic Blue Moon Lounge Bar”, Espacio Grupo Alvic, de Héctor Ruiz Velázquez en Casa Decor 2020.
¿En qué momento de tu trayectoria descubres la impresión digital?
Estoy siempre muy al tanto de las novedades en cualquier material. Especialmente para mi intervención en ferias y en arquitectura efímera suelo buscar opciones en las que pueda aplicar mi creatividad. Así que voy incorporando la innovación de los diferentes fabricantes de materiales, y la impresión digital siempre es un objetivo de mejora por su característica o ventaja de poder imprimir a través de un archivo y recoger toda la creatividad del diseño gráfico.
¿Sueles utilizar este tipo de aplicación en tus proyectos?
Precisamente en esta última edición de Casa Decor, en una de las zonas de acceso al lounge de Alvic utilizamos la geometría de la impresión digital de styl’editions en las paredes. Los productos de papel mural de la marca italiana son fantásticos para dar carácter a una pared en un abrir y cerrar de ojos.
¿Cuáles son las principales ventajas que aporta la incorporación de la impresión digital a tus proyectos?
La principal ventaja para mi es que la creatividad tiene un soporte anterior a la materialización espacial a la que yo estoy acostumbrado; me permite trabajar otras posibilidades gráficas y representativas que añadir a los proyectos desde el inicio de la creación.
La impresión digital en arquitectura y decoración, según tu opinión, ¿tendrá largo recorrido o será una tendencia efímera?
En absoluto ninguna herramienta para la creatividad tiene un recorrido efímero; en cuanto a que sea tendencia es algo que se califica desde el presente y el futuro. La creación es una disciplina que yo acometo desde el presente y con todo lo que éste cuenta; que sea o no masiva es una pregunta de futuro que yo no puedo responder, pero los arquitectos reconocidos tenemos una licencia de creatividad permisiva y a la vez exigente, que nos permite y obliga a que nuestra obra deba ser diferente, especial, y por ello auguro a la impresión digital un largo recorrido todavía por explorar.
Háblanos de tu participación en Casa Decor 2020.
Alvic Blue Moon Lounge Bar, el espacio del Grupo Alvic en la edición de Casa Decor de este año ha sido muy especial, no por las circunstancias, sino por el mismo nacimiento del proyecto. Sabía que estaba desarrollando algo totalmente nuevo, y agradezco infinitamente a las marcas su confianza y apuesta por mi creatividad, porque no es lo mismo mostrar unos planos y perspectivas, que tomar la decisión de construir algo tan expuesto, importante e innovador. Lo que más destaco es la combinación artística cultural que da forma a la construcción del espacio.
¿Y otros proyectos que tengáis en mente?
Dese el estudio llevamos muchos proyectos más y todos con perfiles muy diferentes: La creación de tres nuevas marcas comerciales en el mercado de Dubái y Arabia Saudí; Varios proyectos de villas de lujo, una en República Dominicana, una casa familiar en Alella (Barcelona), y otras dos en Pozuelo y en Majadahonda (Madrid); Estamos proyectando también Flag Ship Stores de marcas como Lladró, Boglioli o Neolith en Londres, Milán, Miami, Los Angeles, Barcelona, New York, Delhi o Dubái; Pabellones feriales de diferentes marcas en Estados Unidos, Alemania, Reino Unido o Italia.
Y este verano se inaugura Starlite 2020 en Marbella si los tiempos tan duros que estamos viviendo con el coronavirus nos lo permite. Llevamos la dirección creativa ya hace siete años, que vamos a expandir a nivel mundial con México, Miami y Rusia en los próximos años. Música, festival de verano, gastronomía... Un evento de lujo en toda regla con el reto de crear el espacio que lo cobije. En este proyecto, por ejemplo, usamos mucha impresión digital en todo lo referido a la arquitectura.
Como ves, son conceptos y proyectos muy diversos, con necesidades también diferentes, pero complementarios en mi actividad como arquitecto.
¿Cómo está viviendo tu estudio la actual situación?
Esperamos y deseamos que esta experiencia global tenga alguna utilidad y funcionalidad en el futuro inmediato. Esta situación tiene especial incidencia en mi actividad profesional, como en la de muchos otros profesionales. Espero realmente que suponga una mejora en todos los sentidos para la sociedad; estoy convencidísimo. De cada inmensa crisis surge un renacer de nuevas ideas que hacen que mejoremos como seres humanos y mejoremos nuestro entorno.
*Entrevista publicada en exclusiva en la revista APdigitales 51 (Junio 2020)