Rospil fue una de las primeras empresas, en España, en apostar por el digital inkjet. Su primera máquina fue instalada en abril de 2013, una Tau 330 -configurada con 4 colores más blanco- y desde entonces, el número de productos impresos con la Durst Tau 330 ha ido creciendo de forma imparable. "En un primer momento -comenta Francisco Bonet, director general de Rospil-, tuvimos que aprender a trabajar con una tecnología completamente nueva; sin embargo, a pesar de las dificultades inherentes a la apertura de una nueva división de producción y de la lógica curva de aprendizaje necesaria, podemos decir que fue una auténtica revolución. Poco tiempo después de la instalación, una vez conocidos los aspectos esenciales de esta tecnología, dábamos a un botón y la máquina empezaba a funcionar, así de fácil".
Actualmente, Rospil cuenta con 2500 clientes y, precisamente, una de las cuestiones que más les sorprendió fue la percepción del nivel de calidad ofrecida por la Tau. "Todos los clientes valoran muy positivamente la calidad de impresión de esta máquina, incluso se da el caso de que la prefieren a la impresión convencional. Ya son muchos clientes los que nos piden directamente que sus etiquetas sean impresas con la Tau", señala Francisco Bonet, que destaca, además, las posibilidades que ofrece el digital en comparación con las tecnologías tradicionales: ahorro de planchas, arranques rápidos de máquina y personalización de las etiquetas gracias a la funcionalidad de dato variable, entre otras, que están mejor alineadas con las actuales necesidades del mercado.
La producción digital no ha parado de crecer en Rospil y, actualmente, la Tau 330 trabaja a turno completo ofreciendo una altísima flexibilidad. “Nosotros decidimos no incorporar la unidad de tratamiento corona en línea y lo cierto es que acertamos. Para los materiales que utilizamos, el anclaje y la resistencia de la tinta Durst Tau ofrecen resultados excepcionales. Lo importante, en nuestro caso, es la selección de materiales. La versatilidad que nos ofrece es magnífica", comenta Jorge Pérez, adjunto a gerencia quien destaca, además, que los proveedores de materiales se están aplicando y cada vez ofrecen más materiales optimizados para la impresión inkjet.
Rospil se preocupa especialmente por la durabilidad de sus etiquetas, ya que produce un alto porcentaje de aplicaciones industriales y para el sector de la alimentación; por eso, tras someter las tintas a exhaustivos estudios de laboratorio han concluido que las tintas Tau ofrecen un nivel de resistencia espectacular, incluso frente a disolventes. "Otra de las ventajas -comenta Francisco Bonet- es que su nivel de brillo y resistencia hacen que no sea necesario barnizar. Nosotros no barnizamos ninguna producción de Tau y esto supone un importante ahorro".
Preguntados acerca del futuro, Francisco Bonet comenta que el mercado ya está exigiendo más calidad, a la vez que aumenta la demanda de etiquetas digitales. De momento, a corto plazo, tienen planificado actualizar la máquina a HD para satisfacer ese primer requisito, pero tienen claro que en los próximos años deberán aumentar su parque de maquinaria digital. "Cuando llegue el momento, nuestra primera opción será Durst. Sus soluciones destacan por su calidad y robustez, pero hay algo que es crítico para cualquier productor de etiquetas y es el equipo profesional que hay detrás de una empresa", comenta Francisco Bonet quien añade que "el servicio técnico de Durst es sobresaliente, son rápidos y muy profesionales y la atención es totalmente personalizada ".