Este enfoque verificado por terceros, que incluye rigurosas prácticas de abastecimiento, supervisión y gestión de riesgos y que también aplica a sus proveedores, se traduce en que Smurfit Kappa pueda garantizar la sostenibilidad en todas las etapas del proceso de producción de embalajes, desde el bosque hasta la fábrica o el lineal. Así, el FSC demuestra que está gestionando sus bosques de forma responsable y el PEFC fija objetivos vinculados a la conservación del ambiente, mejora de la productividad y promoción del desarrollo socioeconómico en el entorno rural.
Esto quiere decir que Smurfit Kappa produce papel y embalajes a partir de fibras vírgenes y recicladas y que está comprometida con el abastecimiento y la gestión de sus recursos naturales de la manera más eficiente y responsable posible, mediante la gestión forestal sostenible de sus propias plantaciones y bosques y los procesos más transparentes en toda la cadena de suministro. Acciones que realiza no solo para cumplir con sus propias responsabilidades en materia de sostenibilidad, sino también con las de sus clientes, a los que proporciona una absoluta tranquilidad sobre el origen de sus embalajes de cartón ondulado. De esta forma, el 100% del papel que produce y obtiene para sus soluciones de embalaje cumple el protocolo FSC o el programa PEFC de Cadena de Custodia Certificada, como ocurre con el 90% de los embalajes que suministra a sus clientes.
Javier Villate, Quality & Food Safety & Sustainability Manager de Smurfit Kappa España | Portugal | Marruecos, asegura que “más del 85% de la materia prima reciclada que utilizamos proviene de embalajes que se han convertido nuevamente en papel. Una trazabilidad que nos permite conocer de forma exacta el origen de la materia prima de principio a fin”.
Concretamente, las plantas de Smurfit Kappa en España que cuentan con la certificación FSC son las de cartón ondulado de Alcalá de Henares, Alicante, Almería, Burgos, Canarias, Canovelles, Córdoba, Huelva, Cordovilla, Quart y Vigo, así como las de papel pre-impreso de Totana y la de Hexacomb de Aoiz. Y en Portugal las fábricas de Celpack y Sorpel. Sin olvidar las de Papel de Mengíbar, Nervión y Sangüesa que, junto a Central Forestal, situada en Iurreta, además tienen la certificación PEFC.