Iberia ha estado presente en Fitur 2020 con un gran stand, totalmente diferente a lo habitual. Se trata de un espacio de 600 metros cuadrados, cuya estructura ha estado hecha de papel reciclado, que una vez concluida la feria, Ecoembes reutilizará al completo.
La sostenibilidad ha sido uno de los principales pilares de la estrategia de Iberia en 2020 y el eje principal del stand, y no solo a través de esa estructura de papel. El visitante ha podido verla, tocarla y sentirla.
-La primera parada ha sido el A350, el avión más tecnológico y sostenible de Iberia. Una maqueta de 4 metros refleja su desempeño eficiente y su contribución a la reducción de emisiones. Los visitantes han podido conocer algunos detalles, como el funcionamiento de alas más flexibles, motores de última generación o su estructura de fibra de carbono.
-El siguiente punto ha sido una maqueta a escala de un Motor Rolls Royce. Su turbina se compone de materiales tecnológicamente avanzados que permiten realizar una combustión más eficiente.
-La necesidad de reducir el uso de plásticos es una obligación colectiva. Iberia ha retirado 68 toneladas de plástico de sus aviones, y quiere concienciar a todos los que se acerquen a su espacio en Fitur que cada gesto cuenta; y lo han podido comprobar en la pecera instalada en su stand.
-Menos papel a bordo. Iberia ha reducido en 600 toneladas en papel en sus aviones. Menos papel significa menos peso, y por tanto menos emisiones. La aerolínea invita a los visitantes a comprobar a qué equivaldría su peso en ahorro de papel en los vuelos.
-Vehículos eléctricos en los aeropuertos. El stand ha tenido su propia pista, de 3,4 metros de ancho, que permite ver las mejoras en eficiencia energética y reducción de emisiones de la flota de tierra: push back teledirigido, jardineras con un catalizador especial, remolques eléctricos, una estación eléctrica…
-Un trocito del Bosque Iberia. La aerolínea ha traído parte de su proyecto de reforestación a Fitur, muestra de nuestro compromiso con la lucha contra el cambio climático.
Y el colofón del stand fueron dos simuladores Birdly, los únicos en el mundo, en el que los más intrépidos pudieron sobrevolar los rascacielos de Manhattan, por ejemplo, gracias a la realidad virtual.